El Salar de Uyuni, ubicado en el suroeste de Bolivia, con una altitud de 3.500 a 4.200 metros sobre el nivel del mar, es el mayor desierto de sal del mundo y situado a más altura, tiene una extensión de 10.582 kilómetros cuadrados aproximadamente.
El Rally Dakar de 2016, pasó por el Salar de Uyuni, y debido a la gran altura de la región, los competidores del Dakar 2016 tuvieron que adecuarse a la altitud. Los pilotos tuvieron que soportar los diferentes cambios de ritmo debido a la diversidad de terrenos, entre barro, piedra, arena y vegetación agreste, lo que los obligó a anteponer la destreza antes que la velocidad de los bólidos. Fue uno de los recorridos de competencia más duros y la etapa más larga de la competición.
A pesar de ello, el Salar de Uyuni mostró su esplendor durante el tramo maratón que realizaron autos, cuadriciclos y motos en el inmenso desierto de sal.
Uyuni, conocida como «la hija predilecta de Bolivia», lo que caracteriza y entusiasma a los pilotos de este lugar, en este tipo de actividades es que abundan, músicos, bailarines, modelos, guirnaldas de hoja de coca, banderas y papel picado, en la llegada o entrada a Uyuni.
El cariño de los bolivianos con los competidores, a los que saludan con banderas en todo el trayecto y sobre todo en la meta, fue una razón para que Bolivia y Uyuni sea tomada en cuenta en el Dakar 2016.
Retrocediendo un poco en el tiempo, en 2014, en Uyuni, se creó el monumento al Dakar, que se ha convertido en un símbolo del desierto y una parada casi obligatoria de los turistas que llegan cada año a visitar este lugar.
Además, las comunidades de la zona ofrecen a los turistas recuerdos hechos de sal con la forma del símbolo del Dakar, algo único en el mundo.
En épocas de lluvia este lugar se convierte en el espejo del mundo y la mayoría de personas que suelen visitar, lo hacen con el fin de registrar en una fotografía el reflejo del cielo en los suelos del Salar de Uyuni.